
«There’s a crack in everything», del poema Democracy de Leonard Cohen, parte del álbum «I’m Your Man», 1988.
El cantante más aburrido del mundo: así fue llamado el canadiense de voz aguardentosa que llenó con su profunda poesía los escenarios y las librerías de medio mundo. Leonard Cohen, canadiense, judío, fervoroso creyente, triste desencantado al final de sus días, premio Príncipe de Asturias de las Letras y amante de la poesía de Federico García Lorca, nos dejó poemas hechos canciones que hoy retomo y reclamo al escuchar a líderes políticos (así se hacen llamar) empeñados en crear grietas entre unos y otros, sin saber, como decía Cohen en su poema ”Democracy” que es justo a través de las grietas que entra la luz y se disuelve la oscuridad.
Como la luz que entra entra en la grieta y en las mentes lúcidas al escuchar al ya de salida López Obrador, populista empeñado en echarle la culpa de todos los males de los mexicanos a los españoles que llegaron hace más de 500 años a las tierras hermosas del México de hoy. Luz que esperan ahora los mexicanos que ilumine a la próxima presidente Sheinbaum para que no se le ocurra dejar avanzar las caballos de la locura, desatados por AMLO, su tutor, para arrasar con la razón y decidir que el poder judicial sea elegido popularmente. Grieta entre la ideología obsoleta y retrógrada de la izquierda populista y ávida de poder y la realidad de un país que crece sin parar con gente de bien. He oído que hay una grieta en todo y que por ahí es por donde entra la luz.
Como la luz que entra en la grieta y que disuelve las patéticas y oscuras proclamas de una precandidata presidencial a las próximas elecciones de Honduras que se desgañita tratando de convencernos que esos españoles, los mismísimos llegados de Extremadura con armaduras, caballos, lanzas, piojos, sífilis y un crucifijo, siguen aquí cabalgando y excavando entre Tegucigalpa y San Pedro Sula llevándose el oro, la plata, el café, el cacao. Y dice la precandidata, que Honduras sigue en sus honduras por los desgraciados conquistadores que llegaron con Colón, -inmortales y eternos según su cosmovisión- no por la falta de talento de ella y de los actuales y pasados gobernantes, sino porque nacieron hace cinco centurias en España. Grieta entre la ignorancia supina de la señora Moncada y la cordura de los hondureños. He oído que hay una grieta en todo y que por ahí es por donde entra la luz.
Como la luz que entra en la grieta que destroza las tenebrosas ideas de Petro en Colombia, que en su pobrísima gestión ha destruido instituciones y empresas, agrietando una sociedad que ya se cansó de la guerra, la narcopolítica, de los guerrilleros que deambulan impunes por las carreteras, de la corrupción y el populismo casposo de la izquierda colombiana. Grieta entre la mirada al pasado de un hombre mediocre, y la mirada al futuro de un país joven que sobrevivió a 50 años de guerra interna y sigue con la sonrisa en los labios.
Como la luz que entró en la grieta social de El Salvador y mandó a la oscuridad a las maras, la luz que destrozó las tinieblas de la corrupción que ensombrecía a Guatemala, la luz que disolvió la tenebrosa noche argentina del kirchnerismo, o como la luz que seguro disolverá la macabra y destructiva gestión de Maduro. He oído que hay una grieta en todo y que por ahí es por donde entra la luz.
Al final del camino, todas las grietas dañaron los aparatos productivos, espantaron a los inversionistas, ensombrecieron el clima de negocios y arrinconaron a los emprendedores.
Leonard Cohen escribió en 1986 en su canción First We Take Manhattan, «estoy guiado por una señal en los cielos, estoy guiado por la belleza de nuestras armas». Hoy más que nunca necesitamos ser guiados por la verdad, por el periodismo hecho por periodistas con alma de periodistas, sin algoritmos que agrietan, dividen y crean ghettos, por periodistas que no están a merced únicamente de los mandatos de Meta o Google. Por periodistas y medios cuyas bellas armas son, al fin de cuentas, la verdad, la vocación, la pasión y el compromiso. Ellos y los verdaderos empresarios de medios harán que entre la luz por la grieta.
Dedicado a los periodistas de todas partes, a quienes admiro, y a los de Stornia que, además, quiero mucho. Desde Valle de Ángeles, Honduras.
 
								 
															