FINISTERRE

«And now, the end is near and so I face the final curtain»

Carlos Echeverri

« My way», 1969. Frank Sinatra, single de su disco « My way» -«A mi manera»-, de Reprise Records, grabado en East West Studios en Los Ángeles.

 Se ha dicho que «My way» es tal vez una de las mejores canciones de Frank Sinatra. También se ha dicho que es el himno máximo al egoísmo. Y teniendo a México en mi mente y mi corazón no puedo dejar de pensar en estos días que faltan para que se corra el telón del nefasto último acto de López Obrador, que como toda buena obra de teatro del terror – recuerdo la obra «La Dama de Negro» y la ansiedad que nos pegaba-, nos deparará un buen susto al final, justo antes de la última escena de entrega del bastón de mando a la actriz de reparto, Sheinbaum. Y lo hará «A mi manera», como diría Sinatra.

«Y ahora, el final está aquí, y entonces enfrento el telón final» cantaba con su voz espectacular Sinatra. Y hoy López Obrador, sintiéndose Sinatra, aunque no perdurará como el artista nacido en New Jersey, es el encargado de bajar ese telón final.

El ya casi expresidente de México dejará, muy a su manera, una obra tóxica. Su ego desmedido y su afán por trascender a cualquier costo y ponerse a la altura de Benito Juárez –lejos quedó-, lo han llevado a destruir un sistema de pesos y contrapesos, instituciones y modelos que eran ejemplo mundial en democracia.

«Planée cada programa de acción, cada paso cuidadoso a lo largo del camino«, decía Sinatra con convicción, el mismo guión que López Obrador aplica sin restricción, rodeado de su elenco de aduladores, entre ellos muchos empresarios que ahora, faltando minutos para la escena final, callan. Pero está claro que todo lo planeó con astucia, con cuidado, para destruir.

Va a ser imposible que el aprendiz de dictador a estas alturas de la obra, dé un paso atrás. Arrollará con la sobrerrepresentación en el Congreso de la Unión a todos los partidos. Se burlará del voto del pueblo. Se llevará entre las patas al INE, Instituto Nacional Electoral. Hará añicos la de por sí ya frágil relación política con Estados Unidos. Hundirá en el fango al Poder Judicial y a todos quienes allí trabajan y han estudiado para ejercer justicia. Dará una palmadita en la espalda a los empresarios cómplices. Encarecerá el dólar. Producirá más pobres. Y bajará el telón. Y empezará una obra menor dirigida por Sheinbaum, que será, sin lugar a dudas, el cambio de régimen más grande en los últimos años. Todo el poder para la presidencia, además, con la Constitución a su favor.

«Sí, hubo oportunidades, estoy seguro que lo sabían,
Cuando mordí más de lo que podía masticar
«
. Sinatra.

Sinatra sostenía que cada canción era la prolongación de una conversación. López Obrador prolongará en Sheinbaim el legado de Castro, Chávez y adláteres, profundizando un sistema de control absoluto de las instituciones, economía, vida y obra de los mexicanos. Mordiendo más de lo que puede masticar, en todos los ámbitos, y no le importa. Y en esta obra de terror, para más inri, hasta el último minuto, escena tras escena, siguen apareciendo nuevos y aterradores personajes, El Mayo, El Chapo y su madre, sus hijos, El Cártel de Sinaloa…

«Cuando hubo duda, me lo tragué todo y luego lo dije sin miedo«. Sinatra.

Tal vez, por si las dudas, México debía mirar hacia al sur, para no caer en el modelo que aplicaron los dictadores de izquierda o derecha que arrasaron a Latinoamérica los últimos 20 años. No importa que ahora la narrativa venga por Facebook o X. Da lo mismo, esas plataformas son las nuevas plazas públicas, como antes lo era el kiosko del parque. Los nuevos mesías de la política, arrasan con la separación de poderes. Se entronan y se sienten dueños de la verdad revelada, pontifican, descalifican, insultan, mienten, avalados por los votos, eso sí, indiscutible.

Y ya en el cinismo total,  López Obrador dice dejarle a su títere Sheinbaum, -ella ya reconoció que se moverá según los hilos que mueva su jefe-, todo en orden. Ella, sumisa, asiente. Dicen los mejores analistas de México que ella luego cambiará el guión. Esta por verse. Ojalá.

 «Encuentro tan divertido pensar que hice todo eso.                                                                           Y permítanme decir, sin timidez, Oh, no, oh, no, a mí no, yo sí lo hice a mi manera«. Sinatra.

Mientras Sinatra revolucionó la música al utilizar la amplificación sonora para destacar su voz por encima de la orquesta y crear una conexión más íntima con el público, López Obrador desde su escenario donde escenificaba su obra » La Mañanera» situaba la figura presidencial por encima de todos los poderes del Estado, copándolos. Y periodistas y activistas aplaudían como focas.

La innovación de Sinatra contrasta con lo que muchos perciben como una actitud irresponsable por parte del futuro expresidente, y se extrañan que en esta obra que ya baja el telón, Sheinbaum – que será la protagonista de la nueva temporada- esté representando un papel tan secundario.

«Y más, mucho más que esto, lo hice a mi manera». Sinatra.

 Sinatra, egoísmo que no te afecta, pero suena maravilloso. López Obrador, amenazas, egoísmo y cinismo que afectará a México por generaciones. Enfrentó el final, bajó el telón. Lo hizo a su manera.