La Asociación Internacional de Edulcorantes (ISA, por sus siglas en inglés) instó a los legisladores a considerar, en cualquier iniciativa fiscal dirigida a productos considerados perjudiciales para la salud, una diferenciación clara entre las bebidas con azúcares añadidos y aquellas formuladas con edulcorantes bajos o sin calorías.
“Catalogar esas bebidas como nocivas y gravarlas como si fueran equivalentes a las azucaradas confunde al consumidor, elimina herramientas útiles para disminuir azúcares y afecta de forma desproporcionada a los hogares con menor ingreso, al encarecer opciones con menos calorías”, manifestó.
Además, se afirmó que estos productos, cuando sustituyen al azúcar, pueden ayudar a reducir la ingesta calórica total de la población, lo que a su vez ayuda a prevenir enfermedades como la diabetes y la obesidad.
Mediante un comunicado se aseguró que los edulcorantes bajos o sin calorías cuentan con evaluaciones de seguridad de instituciones sanitarias internacionales y nacionales, como la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA).
“La ISA reitera su disposición a participar en mesas técnicas transparentes, presentar síntesis de evidencia científica de alta calidad y colaborar en soluciones integrales que prioricen la salud pública, incluyendo la reformulación responsable, educación al consumidor y el acceso a información clara en el etiquetado”, indicó.
Asociación Internacional de Edulcorantes propone diálogos para definir iniciativas
La ISA menciona que no se deben aplicar medidas que castiguen a opciones o sustitutos más saludables ni con procesos que excluyan interlocutores relevantes si se quiere mejorar la salud de la población. Como solución, propone abrir el diálogo antes de definir cualquier iniciativa de gravamen.
También, considera que el debate debe llevarse a cabo con la participación de consumidores, academia, autoridades sanitarias, organizaciones de la sociedad civil y líderes de opinión, con la finalidad de que sea más incluyente.
El gobierno federal plantea un incremento en el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) para bebidas azucaradas, que pasaría de 1.6451 a 3.0818 pesos por litro a partir de 2026, según la propuesta del Proyecto de Presupuesto de Egresos (PEF) presentada el pasado 8 de septiembre al Congreso de la Unión.
Foro sobre impuestos a productos con impacto en la salud
Durante el foro realizado el miércoles 1 de octubre, se analizaron los denominados “impuestos saludables”, propuestos para aplicarse a productos considerados nocivos para la salud —como bebidas azucaradas, tabaco y alcohol— con el objetivo de disminuir la incidencia de enfermedades como obesidad, diabetes y padecimientos cardiovasculares.
Los participantes señalaron que el elevado consumo de bebidas azucaradas ha sido un factor clave en el incremento de problemas de salud en México, como la obesidad, que afecta al 37% de los adultos, y la diabetes, presente en el 18% de la población.
También destacaron que cada año se registran alrededor de 40,000 muertes relacionadas con el consumo de las bebidas azucaradas y alto contenido calórico.
En ese sentido, coincidieron en que aplicar impuestos a estos productos no solo desincentivaría su consumo, sino que también permitiría aumentar la recaudación pública y aliviar la carga financiera del sistema de salud.
“Hay ejemplos de bebidas azucaradas con o sin gas, como los refrescos y jugos que tienen una cantidad enorme de azúcar concentrado, bebidas energizantes y deportivas inclusive porque también tienen una gran cantidad de azúcar, té y café listos para beber”, puntualizó el representante de la OPS/OMS en México, José Moya Medina.
Agregó que, de acuerdo con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los impuestos también deberían extenderse a las bebidas endulzadas con edulcorantes artificiales o sin azúcar, ya que estos compuestos pueden provocar efectos similares a los del azúcar en el organismo, como alterar la producción de insulina y favorecer el desarrollo de enfermedades vinculadas a la diabetes.
Beneficios económicos en la reducción del consumo de productos nocivos
Por su parte, el representante de la UNICEF en México, Fernando Carrera Castro, habló del impacto a largo plazo si se reduce el consumo de productos nocivos para la salud.
«Si México toma medidas hoy, puede llegar a ahorrar hasta 124,000 millones de dólares en gastos futuros en salud. Esto es el 75% del Producto Interno Bruto de México”, dijo.
Pero si no toma medidas, el caso negativo será de 124,000 millones de dólares más en gastos. “Ese es el problema que tenemos”, alertó.
El foro contó con la participación de representantes del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), OPS/OMS, UNICEF, OCDE, World Obesity Federation, Alianza Global para la Alimentación Saludable, Center for Global Development y Tabaconomía.
Con información de El Economista.
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