Flor de cempasúchil impulsa derrama económica de us $17.5 millones por el «Día de Muertos» en México

Más de 2 mil productores de esta flor tradicional se benefician con el aumento de demanda en el país.
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México. El Día de Muertos no solo es una de las celebraciones más queridas y tradicionales del país, sino también una de las más relevantes para el sector floricultor. Este 2024, el Consejo Mexicano de la Flor (Conmexflor) estima una derrama económica de us $17.5 millones por la venta de la emblemática flor de cempasúchil, según informó su presidente, Federico Martínez Martínez.

«Con la producción de este año, esperamos un incremento en los ingresos del sector, particularmente por la gran demanda de la flor de cempasúchil para la celebración de los Fieles Difuntos», señaló Martínez en el panel «Celebrando la vida: El ciclo de valor de las ofrendas mexicanas». Este evento, organizado por el Consejo de la Comunicación, reunió a expertos en la cadena de valor de las ofrendas y de los productos icónicos del Día de Muertos.

La producción nacional de cempasúchil, detalló el presidente de Conmexflor, incluye 10 millones de plantas en maceta y 1.8 millones de manojos de flor cortada, lo que representa un incremento del 10% en comparación con el año anterior. A nivel nacional, se estima que más de 20 mil productores de flor participan en esta tradición, incluyendo a 2 mil ubicados en estados clave como el Estado de México, Morelos, Puebla, Michoacán, San Luis Potosí, Hidalgo y la Ciudad de México.

«La flor de cempasúchil es una parte fundamental en las ofrendas, ya que, según la tradición, su aroma y color brillante ayudan a guiar a las almas hacia este plano», explicó Martínez. La Central de Abasto de la Ciudad de México también juega un papel clave durante esta época, ya que registra un flujo de hasta 500 mil visitantes diarios que buscan productos como cañas, tejocotes y otros ingredientes esenciales para los altares, generando así un impulso en su economía.

La tradición del Día de Muertos no solo preserva la riqueza cultural del país, sino que es también un motor económico para miles de familias mexicanas que dependen de la venta de productos para las ofrendas y decoraciones.